Saltar al contenido

¿Estás listo para practicar algo nuevo y que genere un cambio?

De la misma forma que el agua recoge todos los elementos a su paso, nuestro cuerpo y nuestra mente forman parte de este, registra experiencias como una grabadora, y nos vamos formando constantemente. Todo lo que nos sucede, hasta en la más mínima conversación, en mayor o menor medida, tiene un impacto en nosotros. Influye en quienes somos.

“Siempre estamos practicando”.

Las prácticas que realizamos cada momento tiene un impacto en nosotros; las conversaciones entre nuestras familias, compañeros, los descubrimientos y hasta los silencios, contribuyen a que seamos diferentes en mayor o menor medida. Nuestro cuerpo registra nuestra historia a través de lo vivido. Esa historia forma quien somos en la actualidad y condiciona nuestras emociones, pensamientos, decisiones, acciones y la manera de coordinarnos con otros.

El desafío que existe para las personas en las organizaciones es tomar conciencia de lo que vienen practicando juntos, ver cuáles son sus prácticas, reconocer que el aprendizaje está ocurriendo durante todo el tiempo y ver que ya son maestros en algo. Por ejemplo, ver qué han aprendido a ser maestros, en estar “a la defensiva”, “quejarse”, «contraerse», “permanecer callados”, etc.

Como líderes y equipos necesitan tener nuevas habilidades, que requieren ser aprendidas e incorporadas.

Una de las prácticas es aprender a enraizar nuestro cuerpo, experimentar la sensación de “estar presente”, creando a cada instante un estado de “ser y estar”, sintiéndonos realmente presentes y siendo conscientes de ello, tener la capacidad de:

Conectar permanentemente con qué es aquello que les importa cuidar, compartir intereses e inquietudes con otros. Buscar siempre acciones para producir y cuidar lo que les importa, evitando entrar en conversaciones tranquilizadoras, paralizantes o de resignación. Reconocer que no pueden saberlo todo o hacerlo todo, que no pueden complacer a todos, que necesitan ver y elegir donde poner su energía, que pueden y necesitan pedir ayuda.

Hacerse responsables de sus estados de ánimo y emociones, ser consientes de lo que producen en otros, gestionar su mundo emocional y buscar centrarse siempre. Ser conscientes que todo pasa por el cuerpo y se queda en nuestro cuerpo, hasta formar quienes somos, incluso, aunque no nos demos cuenta de ello.

Nuestra experiencia.

Cuando iniciamos un proyecto de desarrollo y empezamos acompañar a las personas, nuestra experiencia es que las personas viven con la esperanza y la fantasía de que cambian por el solo hecho de que les hemos presentado la idea o por tener el conocimiento sobre el tema. Es vital la práctica recurrente, reconocer la incomodidad que se produce en el cuerpo, para ir paso a paso incorporando la nueva habilidad. Una práctica generativa es una elección consiente para incorporar un nuevo comportamiento, que se puede utilizar en cualquier situación en que nos encontremos.

Es un compromiso con una nueva forma de estar en el mundo.

Por: Ilda Yolanda Acosta Urrego. PDD por IESE Business School, Coach PCC. Directora General. Apsoluti – 2022

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad